Tu empresa empieza a crecer, llega la hora de dar un paso más allá y crees que la mejor solución para ti es franquiciar tu negocio. Sabemos que son muchos detalles a tener en cuenta y que las primeras etapas pueden parecer muy complejas. Pero no te preocupes, te explicamos aquí el paso a paso de cómo franquiciar tu establecimiento.
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Comprende si tus bases de negocio son sólidas
Antes de valorar la posibilidad de expansión, es necesario determinar si las bases de tu negocio son sólidas. Aunque tu negocio sea rentable, debes preguntarte si estás realmente operando con un desempeño excepcional. Para ello, debes tener métricas financieras y monitorear tus tasas de rendimiento con precisión.
Además, ten en cuenta los datos del mercado y de tus competidores, ya sea que operen o no como franquicias. Así sabrás si este es el nicho y momento ideal para empezar a franquiciar tu negocio.
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Piensa si tu negocio es franquiciable
Ahora que estás seguro de que tu empresa está financieramente sana y operando al 100%, debes entender si tu modelo de negocio puede adaptarse a una franquicia. Aquí te dejamos algunos puntos a considerar para tomar la decisión:
- Tener un ROI (retorno de la inversión) adecuado. Considerando que parte del rendimiento de franquiciados va a regalías, lo ideal es que el ROI de la franquicia no sea inferior de 15% al mes.
- Ser reproducible en otras localidades y gestionado fácilmente por otras personas.
- Tener un mercado potencial identificado nacional o internacionalmente.
- Ser atractivo comercialmente para los franquiciados en potencia. Es decir, tener una propuesta de negocio que se destaque de la competencia.
- Tener, idealmente, un ejemplo de que tu negocio puede ser duplicado. En este caso, una segunda tienda o restaurante propio de la misma marca.
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Define tu modelo de franquicia
Este es uno de los principales puntos a tener en cuenta al franquiciar tu negocio.
- La inversión: ¿cuál será el valor inicial para adquirir los derechos de franquicia?
- Las regalías: la tasa mensual que pagan los franquiciados debe beneficiar a ambas partes y puede ser calculada de distintas maneras. Lo más común es que sea un porcentaje fijo sobre las ganancias totales de la franquicia.
- La zona de exclusividad: ¿en qué localidades pueden actuar? Establece un límite de distancia entre cada establecimiento para que no compitan entre sí.
- La comunicación de las franquicias: ¿será responsabilidad tuya? ¿del franquiciado? ¿de ambos?
- Los proveedores: asegúrate de tener una lista de proveedores corta y con capacidad de atender al número máximo de establecimientos. Así facilitarás el día a día del franquiciado y mantendrás márgenes similares en las materias primas de tus productos.
- El contrato: los términos del acuerdo (duración, multas y responsabilidades) deben estar bien detallados en el contrato.
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Formaliza tu franquicia
Hay ciertos tipos de burocracia que son inevitables al franquiciar un negocio o abrir una franquicia. Cada país tiene sus normas propias respecto a este tema. En España, debes inscribir tu franquicia en el Registro de Franquiciadores del Ministerio de Economía y Empresa para tener todos los permisos al día.
Puedes consultar todos los detalles en el Real Decreto 419/2006 (y en en su corrección en el Real Decreto 201/2010), que regula la actividad comercial en régimen de las franquicias. Sin embargo, la lista de exigencias y documentos es grande, por lo que recomendamos que consultes un abogado especializado si quieres agilizar tu proceso.
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Fortalece la imagen y percepción de tu marca
Si aún no tienes un plan de marketing, este es el momento de definirlo. Cuanto más fuerte es tu imagen de marca, más posibilidades tendrás de atraer nuevos franquiciados. Además de tener una imagen de marca coherente con tu negocio, sea en la parte visual y en el tono de tus campañas de comunicación, es necesario que tu idea se destaque.
Para ello, debes tener una fuerte presencia online, con una página web informativa, redes sociales constantemente actualizadas y una estrategia de SEO para que tus clientes y franquiciados en potencia te encuentren fácilmente.
Como sabes, gestionar un restaurante conlleva múltiples responsabilidades y al final no tenemos tiempo para hacerlo todo, principalmente si tienes un pequeño negocio. En este caso, recomendamos que contrates el servicio de terceros para echarte una mano, ya que al día de hoy hay muchas empresas enfocadas exclusivamente en el marketing gastronómico.
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Transmite adecuadamente los conocimientos y cultura de la marca
Más que vender tu producto, tu imagen o tu logo, los franquiciados ofrecen principalmente el servicio, los valores y la cultura de tu marca. Y es lo mismo que esperan los clientes finales cuando entran en un establecimiento: que la calidad sea la misma.
En la hora de la expansión, es necesario hacer entrenamientos con los franquiciados y sus equipos, no solo en el lanzamiento, sino regularmente. Lo ideal es que el personal de las franquicias tenga siempre a mano una guía con los procedimientos de servicio y atención al cliente.
Además, te recomendamos que elabores un brand book, con los detalles de la cultura, los valores y la historia de tu marca. Así todos podrán acceder a estos datos importantes siempre que lo necesiten y podrás mantener el nivel deseado de servicio incluso en tiendas a miles de kilómetros de distancia de ti.
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Da soporte a las franquicias
Ahora que ya tienes todo preparado para vender tu idea al mundo, necesitas una cosa más: la estructura necesaria para atender las solicitudes de cada franquicia. Es inevitable que surjan dudas y problemas y, como mencionamos anteriormente, es necesario realizar trainings regularmente.
Al principio puede que consigas gestionarlo todo. Sin embargo, con el tiempo y la expansión, necesitarás un profesional especializado o incluso todo un equipo dedicado al soporte de franquicias.
¿Estás preparado para franquiciar tu negocio? ¡Esperamos haber podido ayudarte con estos tips!