¿Sabías que los turistas dedican más de un tercio de su presupuesto a la alimentación? La comida es uno de los principales símbolos de la cultura de un país, por lo que no sorprende que gran parte del turismo se enfoque en conocer la gastronomía local. Tomando en cuenta que España es uno de los destinos preferidos de los comidistas, te contamos cómo sacarle provecho al turismo gastronómico este verano.
Qué es el turismo gastronómico
Gracias al boom de la cultura foodie en internet y al desarrollo del sector, el turismo gastronómico ha crecido para convertirse en una de las principales tendencias del momento. Más allá de visitar restaurantes estrellados en tus vacaciones, el turismo gastronómico, o turismo culinario, está motivado principalmente por entender la gastronomía local de punta a punta, desde la producción hasta los restaurantes de renombre, pasando por el street food.
Así, todo el viaje y paseos son programados alrededor de lo que más importa: la comida. Visitas a restaurantes, productores, mercados, compra de productos locales y rutas personalizadas con catas y degustaciones son algunas de las actividades características de este tipo de viajes.
El turismo gastronómico en España
Para los españoles, la mejor comunidad autónoma para viajes y escapadas gastronómicas es Andalucía, seguida por Galicia y el País Vasco. Así lo apunta el II Estudio de la Demanda de Turismo Gastronómico en España, que también menciona a Madrid, Asturias y Cataluña entre los destinos más gourmet.
Por otro lado, cuando hablamos de turistas internacionales las ciudades más grandes de España suelen ser las preferidas. El último informe anual de TripAdvisor revela que Madrid es la ciudad más buscada entre los usuarios y que la puntuación que reciben sus restaurantes la sitúa como la segunda ciudad europea, superada solo por Roma.
Cómo unirte al turismo gastronómico
Internacionaliza tu restaurante
Si aún no tienes tu carta traducida, ¡hazlo ya! Considera que muchos de los turistas internacionales no hablan español, así que debes tener tu página web y tu menú traducidos al inglés, como mínimo.
Dependiendo de la ciudad donde estés, puedes considerar traducirla a más idiomas según el flujo de turistas de otras regiones. Por ejemplo, si estás en Palma de Mallorca, recibirás un gran número de turistas alemanes, ¿por qué no adaptar tu carta a su idioma? Así demostrarás que te preocupas en ofrecer un servicio personalizado a tu clientela.
Pero ¡ojo con las traducciones! Asegúrate de que tu carta esté bien traducida, lo ideal es hacerlo con alguien nativo o que tenga un nivel bilingüe del idioma.
Enfócate en la calidad de tu materia prima
Recuerda, no estás vendiendo un plato de comida, estás vendiendo una experiencia. Por eso, debes mantener la calidad de tu producto y asegurarte de que sea la mejor posible.
Si en tu menú incluyes un plato con Jamón Ibérico de Huelva, por ejemplo, el comensal debe encontrar exactamente eso. Los turistas gastronómicos son mucho más exigentes en cuanto al servicio y la calidad del producto que ofreces. Y, aunque estén de viaje o no estén acostumbrados a la cocina local, sabrán si un ingrediente es congelado o no está bien preparado.
Además, como los viajeros buscan realizar una completa inmersión gastronómica, tendrán preferencia por restaurantes que utilizan ingredientes producidos localmente en sus recetas. Por ello recomendamos que te enfoques en estos detalles al comunicar o describir tus platos.
Busca partners
Los turistas gastronómicos pasan por múltiples servicios y tipos de establecimiento antes y después de escoger los restaurantes que visitarán durante su viaje. Agencias de viaje, hoteles, guías turísticas, programas culturales y tiendas son algunos de los negocios que frecuentan y pueden ayudarte a promover tu restaurante.
Una opción es unirte a una agencia especializada en este tipo de viaje y a un productor local y ofrecer una ruta completa con los atractivos gastronómicos de tu ciudad que termine en tu restaurante.
Invierte en productos propios
Cuando nos vamos de vacaciones una de las cosas que hacemos es comprar recuerdos de las ciudades que visitamos. Con los turistas gourmet pasa lo mismo, la única diferencia es que el producto que llevan es comida. Por ejemplo, si tienes una receta increíble de salsa, de mermelada o produces tu propio embutido puedes envasarlos y venderlos. Además de ser un buen recuerdo, los turistas pueden hacer recetas de la gastronomía de tu región y recomendar tu restaurante una vez que regresen a casa.
El turismo gastronómico es una gran oportunidad para potenciar las ventas de tu negocio y puede ser explorado incluso fuera de temporada. Así que únete al movimiento y expande tus horizontes.